¿Te imaginas un festival de cuatro días, en un lugar precioso en plena naturaleza, repleto de talleres, encuentros y rituales hechos por mujeres poderosas y sabias, creados para ayudarte a sanar, a reconectar con tu esencia, a aprender a amarte y cuidarte, a descubrir tu poder, a bailarte y cantarte, a volver a creer en la unión de las mujeres y en que juntas somos sabias? Te imaginas pasar cuatro días entre mujeres sabias y poderosas, frágiles y preciosas como tú, las que te sonríen y saludan mirándote a los ojos cuando te encuentras con ellas y que en sus ojos puedes ver que cada una de ellas, como tú, está decidida en alumbrar un mundo nuevo… Es un sueño hecho realidad: ese festival es Tierra de Lunas.
Necesito estar entre mujeres
Se escribía el día 15 de Abril de 2019. Yo estaba triste, desolada. Me sentía sola, poco amada, sin energía… y para acompañarme en ese estado tan frágil y a la vez hermoso, puse la lista “Cantos de sanación” de youtube, y empecé a cantar y a bailar, acompañando las canciones con mi tambor chamánico precioso. Estaba sola en casa, en uno de esos momentos sagrados de los que las madres tenemos poquitos. Me conecté de inmediato con esa sensación de pertenecer a la Madre Tierra, a esa forma de vivir que siento tan antigua, tan profunda, tan arraigada en mí ser:
La mujer chamánica, poderosa, creativa, que vive en unión y armonía con la Tierra y todos sus seres.
Bailé casi en trance durante un tiempo indefinido, y me llené de alegría, de fuerza y sobretodo: me sentí amada y cuidada… por mí.
“Necesito estar entre mujeres”, –pensé– “necesito cargar pilas con energía femenina, reencontrar mi fuerza”. Y, de repente, me acordé de una amiga que hace tiempo me había hablado de un festival de mujeres, denominado “Tierra de Lunas”. Sabía que sería en breve. Lo busqué y ese mismo día me apunté para ir un solo día, para más días ya era demasiado justo.
13 días después, domingo 28 de Abril de 2019 a las 06:30 de la mañana ya me encontraba de camino al Pantano de Sau, donde este año se realizaba el encuentro. Sabía que allí podría bailar, cantar, tocar el tambor… y sentirme parte de un gran círculo de mujeres.
Los talleres de Tierra de Lunas
Sin más rodeos: fue lo mejor que podía haber hecho. En cada taller al que asistí pude transformar y sanar, liberarme y encontrarme conmigo misma. En cada mirada, cada sonrisa, pude ver a la mujer poderosa y amorosa que todas somos. Me sentí amada, aceptada y parte de esa maravillosa energía femenina. Me sentí acunada por Pachamama, en ese precioso enclave, entre el cielo y el agua tranquila del pantano, donde el viento me acariciaba la piel, y la tierra daba sostén a mis pies descalzos.
Decidí dejarme llevar por la intuición para escoger los talleres en los que quería participar, ya que había 7 espacios diferentes – Tierra, Agua, Fuego, Aire, Tienda Roja y Temazcal – y 7 talleres a la vez… Sin contar con el Espacio Familiar, el Moon Market y otros espacios que surgían al exterior.
Tierra de Lunas – Sala Aire
Mis pies me llevaron a la sala AIRE, al que llegué un poco tarde para el taller de Agustina Heredia, de “Yoga y ritmos femeninos”. Igualmente pude disfrutarlo, despertando mi cuerpo y empezando a conectar con mí fuerza femenina. Me quedé con ganas de más, me fascinó esa unión del Yoga con el autodescubrimiento y la reconexión con nuestra esencia femenina.
Tierra de Lunas – Sala Fuego
Luego, todo mi ser fue atraído a la sala FUEGO, donde empezaba un taller de Mery Cirach. El título era un imán: “No te dejes sola”. Fue muy revelador y de ese taller me llevé un regalo precioso:
“De piel hacia adentro. Vuelve de piel hacia adentro, habita tu cuerpo. No te dejes sola…”
Desde entonces lo practico cada día, en muchos momentos. Ha llegado el momento, y estoy decidida a practicar, a cambiar, a pasar de la teoría a la acción. Levantar a la víctima y convertirla en reina, sabia y responsable de su vida. Pasar el foco de consciencia de la mente al cuerpo, para mí, que soy toda aire (mental) según la astrología, es más que sanador.
Hace mucho tiempo que escucho hablar: ubícate en tu corazón, vive desde tu esencia. Y hace mucho que lo practico. Pero ninguna imagen me ha ayudado tanto a interiorizarlo como esta simple frase: “De piel hacia adentro…” Pasé de imaginarme en mi corazón, ubicada en mi mente, a habitar mi cuerpo de verdad.
El siguiente taller me iba a dar el componente que faltaba: el placer…
Pero antes de eso el placer fue dado por los chicos de los Foodtrucks, en forma de comida deliciosa. Fueron muy amables, y fue una alegría especial reencontrar a Uri de la Shanti Caravan, conocido de otros tiempos, y presente en tantos festivales de sanación y crecimiento…
Tierra de Lunas – sala Tierra
Por la tarde, en la sala TIERRA, asistí al taller de 4 horas “Abriéndote al placer, Danza-Tantra” de Nur Díaz. Allí rompí cadenas. Dejé caer velos e imágenes distorsionadas de mí. Allí, entre el baile y la meditación, los gritos liberadores, las risas y los llantos reparadores, las caricias y los masajes, me encontré.
Encontré ese placer interno, que solo yo me puedo dar.
Ese placer como energía vital, como esencia de nuestro ser. Allí pude ver como podría ser la vida, vivida desde el placer, responsabilizándome por sentirlo, por cuidarme y amarme, yo como mi amante, satisfecha en sí. Pude conectar con otra forma de relacionarme, ya no desde la necesidad de cariño, sino desde eso mismo, el placer por el placer, satisfecho en sí mismo.
Desde entonces, en mi práctica de plena consciencia, me voy de piel hacia dentro, a sentir el placer que soy. Entonces me siento amada por mí misma, cuidada. Vuelvo a sentir alegría de vivir, que brota de dentro. Durante el día, me voy preguntando:
¿Ahora mismo, esto que estoy haciendo/ pensando / sintiendo me da placer?
Y si no es así, cambio de actividad, o simplemente de actitud: vuelvo al placer. Desde este taller cabe en mi mundo interior la posibilidad de que se puede y está permitido vivir la vida desde el placer.
Y para acabar el día en grande, volví a la sala AIRE, y bailé todo lo que soy en “Ecstatic Woman”, de Gabriela Salamanca. Libertad, amor incondicional y hermandad, bailando sin ropa, algunas, en un estado extático, celebrando las mujeres preciosas que somos.
Encuentros y regalos
El taller acabó a las 12:00, ¡y todavía me esperaba un regalo más! Encontré a una mujer bonita y poderosa que quería conocer hace tiempo, y hablamos hasta la 01:30 de la mañana, sentadas en un sofá debajo de un árbol precioso…
Sintiéndome muy llena de amor, de placer y de alegría, fuí a dormir a una tienda, con otra mujer maravillosa que me dejó compartir tienda con ella sin conocerme. ¡Mil gracias Lauri, me has llenado el corazón!
A la mañana siguiente, solo me quedaba desayunar antes de irme… y como me costaba tanto marcharme, me quedé un poco más… y justo empezaba un concierto milagroso de Charli Kornblum & Michele Averard, del cual decidí disfrutar, muy agradecida que haya sido en compañía de Mamoka, viajando a tiempos lejanos, a emociones profundas y despertando certezas arraigadas y nunca perdidas del todo:
Somos mujeres, somos poderosas, somos creativas, somos amor… y juntas somos sabias. ¡Aho!
Si te han entrado ganas de participar en el festival, en la página de Tierra de Lunas encontrarás toda la información. Me siento muy agradecida por poder contribuir de esta forma a que más mujeres que sienten “el llamado” sepan de la existencia de este evento, que juntas podamos tejer y arraigar, recordar y despertar la mujer que somos, la sociedad a la que queremos pertenecer.
Antes de irme del festival, compré el libro de Michele Averard, ¡Libera tu Voz, Sana tu Vida! que es una preciosidad. Si te gusta cantar y experimentar con tu voz para llegar a planos más profundos de tu ser, ¡te lo recomiendo! ¡Gracias por leerme! Déjame un comentario si así lo sientes, nos vemos por aquí, por Facebook o Instagram. ¡Hasta siempre!
Un abrazo de corazón,