Seis meses sin escribir sobre mi preciosidad ¡es mucho tiempo a esta edad! Wow, no sé ni por dónde empezar… tanto cambio, tanto crecimiento, ¡tanta alegría compartida! Tanto amor moldeado en miles de formas: besos y abrazos, caricias, miradas y limites, juego, risas y dormir juntitas… y la teta, claro está! Mi hija tiene 2 años ya…
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Mi hija de 18 meses – amor en todas las direcciones
La miro con sus ojos vivos y risueños… como va desnuda por la casa, chillando de alegría, corriendo sin parar. “¡La niña se escapa!”, dice hablando de ella misma. ¡Y como le gusta escaparse!
La veo jugar al escondite con su papá, y como le chifla la sesión de cosquillas, ¡es pura vida, pura felicidad!
Contemplo como se mueve en el exterior, corriendo, saltando, chutando su pelota, y lo más interesante, tocando la tierra, la arena, las piedras, llenando sus manos… se alegra con cada palo que encuentra, cada bellota se convierte en tesoro…
Y, por momentos, tranquila, dibujando, mirando un cuento, encajando piezas, haciendo filas, concentrándose en algo pequeño que quiere conseguir cerrar…
Sin dudar, se va de aventura con papá: Hoy al parque, mañana al bosque… Me mira, con confianza en sus ojos cuando me dice “¡Adiós y hasta luego mamá!” Tan grande, ya…
Cuando vuelven, escucho su bonita voz que habla sin parar… Me explica todos los detalles de lo vivido fuera del nido, con efusividad y ojos relucientes.
Se entrega a una conversación sentida entre sus peluches y muñecos, que ganan vida y voz, ¡todo de repente se anima! Todo habla, todo siente, todo se transforma en confidente. Puede ser un muñeco, un títere, una piedra, un dedo de mamá, un trocito de piel de mandarina… “¡Como habla!”, dicho en un tono casi autoritario, mirándome con expectativa, es una de sus frases preferidas, cuando me pide que dé vida a algún amigo.
Escucho su precioso cantar, ¡y tan contenta que está que finalmente sabe cantar! Canciones enteras de mamá, canciones inventadas por ella, melodías que ha escuchado silbar a papá… El primer día que pudo cantar una frase entera, de la canción de recoger, no podré nunca olvidar. Eufórica, corriendo, cantando, riendo, ¡ir a la cama ni pensar!
Entregada al juego de inventar palabras, de inventarse frases enteras y decirlas con la más gran seriedad. Yo le contesto, con igual absurdidad. Largas conversaciones, expresivas en su tonalidad. “¡Hablo en alemán, mamá!”
Continuamos bailando juntas, tú, la teta y yo… entre entrega y placer e impaciencia y ganas de libertad, buscando el equilibrio para las dos. Días de mayor irritación me han enseñado a dar tiempo a la teta y a dar tiempo al sin teta, para que así el amor pueda fluir con facilidad.
A veces me irrito, si, a veces no tengo paciencia. Ya he entendido que entonces es en mí que tengo que buscar la causa de mi malestar. Tú eres pura, eres vida, en nada puedes fallar. Yo soy madre, aprendiendo a amarme, a aceptarme, moldeándome a cada nueva etapa de tu ser.
Me cuesta permanecer serena, cuando buscas saber qué pasa si haces eso que te he pedido que no hagas… A veces me pillo quitándote algo de las manos, contestándote tajante, levantando un poquito la voz… a la culpa que siento se junta tu pregunta. “¿Estás contenta, mamá? ¿Estás riendo?” “Ahora estoy enfadada, hija…” “¿Estás un poco contenta?”“Te amo hija, aunque esté enfadada, puedes estar tranquila, siempre te amaré. Pero a veces también me enfado, igual que tú, ¿verdad? Después se me pasará…”
Que vivificantes son tus besos y abrazos, tus mimos y “masajes”, tu “Ay, ven aquí… Ay mamá, ¡cómo te amo! ¡Amo a mi mamá!” que aparecen en cualquier momento, porque el amor surge de tu ser y lo expresas tal como es…
Que bellos son los momentos de mimos antes de dormir…los abrazos largos y de cuerpo entero, cuando te estiras sobre mi… los besos ruidosos, tu voz “¡Que buena está la teta, mamá!”
Y cuando necesitas mucha proximidad, me pides hacer teta desnudas, tu y yo…
Quiero aprovechar todo este contacto ahora, que sé que llegará un día en que escaseará… que bien que todavía quedan años hasta ese momento, ¡que fuerte hay que ser como mamá! No quiero ni pensar…
Vuelve al presente, aquí conmigo mamá. Disfruta, vive, redescubre el mundo a mi lado! Dame sustento, abrázame siempre, se paciente conmigo y contigo, amate igual que me amas a mí, y ríe, ríe mucho, ¡es todo lo que necesito para ser feliz! Necesito a mi mamá y a mi papá, sinceros, amables, disponibles… nada más. <3
Me encantaría leer sobre tu vida de mamá o papá, si tienes ganas de compartir algo, ¡déjame un comentario! Y si quieres que te lleguen todas las publicaciones al email y no te pierdas ninguna puedes suscribirte al blog. También puedes encontrar todas las publicaciones en Facebook e Instagram. Gracias por leerme, ¡hasta martes que viene!