Cuando me dejo colapsar por mi monstruo… ¿cómo me levanto?

Cuando me dejo colapsar por mi monstruo - ¿Cómo me levanto?Dentro de mí hay una monstruo, que enfurecida lanza mil pelotas de lodo. Grita de rabia y de locura contenida, grita de dolor, pánico y desesperación.

La tengo castigada toda mi vida, porque no me gusta, no la quiero. Y ella grita y patalea y entona palabras horribles, ¡No la quiero escuchar!

Son tan inmensas sus emociones, tan gigante es su dolor, que me da pánico mirarla, siento terror solo de recordarla, y desesperación, horror y culpa, porque intuyo que es parte de mí.

¡Pero no quiero saber! No quiero escuchar. ¡Yo no soy así! Monstruo, ¿qué haces en mi cabeza?
¡FUEEERRAAAAA de mí!

disfrutar el momentoEstoy tranquila, ahora no está. Disfruto de un atardecer, del canto de un petirrojo,
de una fresca brisa en buena compañía.

De repente, ¡un pensamiento! Un recordatorio, un aviso, capta mi atención, salgo de mi disfrutar: “Y la monstruo, ¿dónde está? ¿Y si viene a destruir mi felicidad?”

Y más rápida que el viento, ¡Bam! Aquí está. Pequeña todavía, pero acercándose con velocidad. Ay, ¿porque la he pensado? No quiero, ¡no quiero pensar!

Colapsada por una olaSe hace enorme y gigante, como una ola se cierra sobre mí, su aura de catástrofe y devastación. Intento defenderme, agarrarme a mi fugaz felicidad, pero ya tiene mi atención, ya me he dejado colapsar.

Sus gritos hacen tambalear mi mundo, su capa negra oscurece mi sol interno. “Todo es mentira, ¿qué mierda es eso de disfrutar? ¡No hay tal cosa como la felicidad! El mundo es horrible, ¡es ira, pánico y maldad!”

Culpable, culpable, culpable, escucho con un ritmo incesante. Esa monstruo está dentro de mí. Siento su rabia, pienso sus pensamientos destructivos, estamos fusionadas…

Y de repente cabalgo, por pensamientos que no quiero pensar, voy a merced de emociones, en las que no puedo descansar. Totalmente sin control, acompañada de gritos y empujones.

Voy adonde me lleva la monstruo, luchando por no ahogarme, aferrándome a pequeñas luces, llamadas que vienen de mi corazón, pero demasiado grande es la devastación.

Y así sobrevivo, en los brazos de mi monstruo, en un mar de desesperación, lleno de culpa y terror, sintiendo su ira y mucho dolor.

Vivir el presenteA veces consigo coger aire fresco, me la olvido por momentos, y disfruto de una taza de té, de una conversación con una amiga, o de un beso de mi amado.

Pero solo de recordar que está allí, aquí, dentro de mí, toda esa incontrolable desesperación, me hace volverme a sumergir, en el mar de dolores pasados, y nunca mirados.

Es una guerra sin fin, imposible de ganar. Me quita las ganas de vivir, este constante boicot interior. Estoy exhausta, triste, cansada de luchar. Solo quiero ser feliz

… … …

Abrazo a mi monstruoJusto hoy, me paro a mirar. Miro a los ojos de mi monstruo y soy capaz de poner ternura en mi mirada. Se evaporó el miedo, se paró la guerra. Me giro hacia atrás, la miro, y la abrazo con mi amor. Estoy aquí, contigo. En presencia, sin juzgar.

Un milagro ocurre.

No le tiro la palabra amor como una bala de cañón y me voy corriendo a un lugar donde estoy a salvo. Ese fue mi primer intento de aproximación, pero sin saber, continuaba la guerra.

No le digo que la acepto, la abrazo un poquito, pero como es incómodo, la vuelvo a abandonar. Ese fue mi segundo tierno intento, sin del todo funcionar.

Solo cuando tuve el valor de encararme a todo mi terror, – y esto te digo, ha tardado su tiempo y requerido mi persistencia y dedicación – cuando pude mirar mi herida con cariño, y disolver mi aversión, entonces, por fin, el horror se paró.

Todo aquello se desmoronó, debajo de mi mirada afectuosa, mi presencia y mi amor. Se evaporó el desespero, la locura, el pánico, el dolor.

Mi niña interiorY allí, delante de mí, se encontraba pequeña y frágil, una niña, mi niña interior. De mirada asustada, desesperada, necesitando vitalmente de amor. Necesitando una explicación, echada a faltar, para el dolor sufrido antaño, en otros tiempos, otro lugar.

Necesitando un adulto, unos brazos fuertes, que le proporcionen protección. ”Estoy aquí”, le digo, “yo te protejo, te cuido y te amo. Te doy todo lo que tu papa y tu mama no te han sabido dar. Para todo lo que necesites, aquí me tienes. Ya no me voy, todo está bien.”

Y decía, ¿sabéis que? “No quiero que sufras como yo. Por eso te aviso, te intento proteger. Tengo mucho miedo, por eso grito y pataleo. Te amo, con locura y quiero tu bienestar. Y yo solo quiero ser amada, y feliz, como tú. “

Perdono a mis padresPerdóname pequeña niña, por tanto tardar. Me perdono y te perdono, todos estos años de incomprensión, guerra y dolor. Perdono a mis padres, por no explicarme lo que sucedía, por no abrazarme como debían, por no entender lo que en mi me acontecía, y dejarme a la deriva…

Te amo hija mia, con todo mi serAsimilándolo le digo a mi hija, y no me canso de decir: “Estas emociones son de mami, yo las gestiono, soy la grande, tú puedes estar tranquila, yo te protejo pequeña mía, y te amo pase lo que pase, eternamente y con todo mi ser.

Aquí lo dejo. Desde las entrañas de mi ser, de las cavernas más profundas, sincero cristalino, desnuda, frágil, ¡Me atrevo a salir!

… … …

Nota:
Tengo que aclarar, que no siempre tengo tiempo, o estoy en el  lugar, adecuado para presenciar y amar, la monstruo con todo mi ser. Por eso sigo aplicando las técnicas aprendidas antemano. Porque vuelve, cada día, en busca de amor.

Pero ahora en vez de balas de cañón, le tiro flores mucho más amorosas, en vez de concluir el abrazo con rapidez por incomodidad, es con respeto y cariño, y una promesa de volver a abrazar, con más tiempo, en un tranquilo lugar. Es muy importante, en este mi sanar, que yo soy la capitana, yo decido, cuando, donde abrazar…

Cuando me dejo colapsar por mi monstruoLlevo toda una vida de cabalgatas, de ahogarme y volver a resucitar. Y todo un año de acompañamiento regular, y muchas ganas de cambiar. Entre miedos y valor, practicando, aplicando, millones de intentos fracasados, y volver a empezar. Aprender un poco más, ir un poco más hondo, y sanarme, aprender a ser, a disfrutar, a vivir y  a amar. Ha valido la pena. Gracias…

Tú, que me has leído, lo que quieras compartir, será bienvenido… ¡Gracias por acompañarme!

2 comments

  1. Clara says:

    Gracias a ti por atreverte a salir desde tan profundo lugar. Ese que a la mayoría nos aterroriza mirar, ese lugar con el que no queremos hablar para no encontrar a esa mounstruo. Yo también la encuentro cada día, a veces la abrazo y otras encambio puede conmigo. Qué arduo es el camino…

    • Sara says:

      ¡Hola Clara!
      ¡Gracias por tu comentario! Siento que es importante decirte, que yo también tengo días de todo. Y curiosamente, siempre después de un avance, un paso adelante, un descubrimiento como el que me hizo escribir este post, vuelvo a caer en sus profundidades. Después de experimentar la libertad, la alegría, el amor, hay algo en mí que se asusta, y vuelve a lo conocido, aunque lo conocido sea terror.
      Otra cosa que he aprendido, o aprendo cada día de nuevo, es que las palabras tienen poder, y podemos usar ese poder en nuestro favor. Ahora, me sale decir: ¡que divertido y ligero es el camino! Y algo cambia. De repente, ¡realmente se hace más ligero! Un abrazo grande… Sara

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